CeRDoS De 2 PATAS

El problema de la basura es un problema milenario que ha afectado al mundo y a sus grandes urbes. La cuidad de Santo Domingo no escapa de ello. Aludes de quejas, críticas e iniciativas han girado entorno a este problema, sin embargo mientras más siglos cumple esta ciudad mas lejana se vislumbra la solución definitiva para este mal y yendo al grano, este país no podrá solucionar este mal hasta que personas como mi vecino y las que viajaban el vehículo que aparece en la fotografía desaparescan o en dado caso reciban un buen escarmiento.

La imagen no lo capta, pero los pasajeros del vehículo sintieron hambre o tal vez un simple antojo en medio del tráfico de la Ave. Kennedy y aprovechando la asombrosa variedad mercantil de los semáforos dominicanos optaron por comprar un paquete de chinas (naranjas) para disipar su hambre. Llamaron a un vendedor ambulante, sacan algo de dinero, completan su transacción e inmediatamente embuchan los frutos, y así tal cual empezaron a engullir comenzaron a lanzar los desperdicios a la calle. ¡Que Cachaza! Diría mi abuela, las chinas se las vendieron en una bolsa plástica, pero esos cerdos prefirieron arrojarlas a la calle, claro la vía pública la limpia el ayuntamiento, o sea el Estado, para eso están ahí, por eso e mejor lanzarlas a la calle para que esos vagos trabajen que guardarlas en la bolsa plástica y botarlas en un zafacón al llegar a su destino. En cuanto al vecino, no se que tan mezquina puede ser una persona para no pagar RD$125.00 (US$ 3.00) de recogida de basura, existen muchos sectores donde el servicio es precario o en su peor faceta es nulo, pero al menos mi sector puede considerarse privilegiado en cierto sentido, la basura siempre la recolectan y además de eso las áreas verdes se mantienen en condiciones aceptables gracias a las brigadas de limpieza del ayuntamiento, el que del asunto es ,!coño si le están recogiendo la basura por que no la paga!

Apuesto todo a que estos son de los primeros que salen a quejarse cuando las calles de ahogan de agua porque los sistemas de drenaje están rebozados de desperdicios o cuando la acumulación de basura arropa la cuidad. Tanto el vecino, como las personas del vehículo son cerdos de dos patas, cochinos rechonchos e ignorantes que habitan entre humanos y otras clases de animales.