Eran las seis y pico de la tarde, allí parada en la congestionada avenida Kennedy, entre bocinazos, motoristas acróbatas y las humaredas de los camiones que pasaban, abordé con ansias un concho (carro público) de brillante capota amarilla. El típico calor y el apretuje clásico dentro del mismo no faltaron. Todos los pasajeros acomodados como en una lata, pensativos en la parada de un semáforo vimos acercase a aquel individuo delgado con ropas verde olivo y aquel sombrerito conocido en las calles de Santo Domingo.
-Buenas tardes, donde están los rótulos de su carro. Dijo el extrañamente amable agente de la AMET.
A lo que el robusto chofer del concho respondió con voz firme y agitada,
-Yo no tengo licencia, no tengo rotulo, no tengo de na’, que ¿pasó toy preso?
A esto el agente que una vez más me sorprendió con su decencia replicó;
-Muéstreme sus documentos Señor
Fue entonces cuanto unas estruendosas carcajadas burlonas salieron de la boca del chofer que al mismo tiempo sacaba de su cartera una especie de documento de identidad y lo dejaba a la vista del agente.
-¡Sargento de la Marina de Guerra, Papá! ¿Algún problema?
Con la misma calma rara que desde el comienzo mostro el AMET contestó,
- No Señor, adelante.
La luz verde dijo presente y el concho arrancó como alma que lleva el diablo.
¿Es eso justo?, Definitivamente correcto No Es. ¿Están exentos los militares de alto rango dominicanos de cumplir la ley?, que ironía, yo que pensaba que los integrantes de esos cuerpos castrenses eran los primeros llamados a cumplirla…. ¿Como pueden llamar individuos como el chofer de ese carro a cumplir la ley cuando ellos mismos son los primeros en ultrajarla?, pero lo que considero peor aun es como el agente quien hacia su trabajo de manera excepcional tuvo que esconder el rabo entre las piernas aun cuando estaba haciendo algo totalmente correcto, en su acción no había margen de error.
Imagínense usted, como funcionan las cosas en este pedazo de isla, de haberle adjudicado la multa que le correspondía al chofer el agente sufriría algún tipo de amonestación irónicamente por realizar bien su trabajo. ¡Que cojones! Fue lo que cruzo por mi mente en aquel momento, y mas tarde al oír jactarse al chofer de su acción y a los demás pasajeros celebrarles como idiotas su acción no me pude contener, y denoté con voz pausada y decente;
-Chofer al menos reconoce la decencia del agente, el hacia su trabajo y tu eres el que esta infligiendo la ley cuando en tu condición de militar deberías ser de los primeros en cumplirla.
El chofer se quedó como idiotizado, los demás pasajeros parecían extranjeros que no comprendían la lengua que hablaba, en el silencio sórdido que llenó en carro tras pronunciarme se oyó la voz antes escandalosa del chofer en ese momento convertida en voz calmada y aplomada ;
-Es cierto al menos fue decente….
3 comentarios:
Es triste ver como las sociedades latinoamericanas están invadidas de tanta corrupción. Los ciudadanos somos indefensos ante tantos atropellos y ante tanta injusticia. Sargento de la Marina de Guerra, que riñones!!!!!
Gracias por tu comentario y gracias por visitar blog, chj. Es penoso y al mismo tiempo da coraje que haya tanta corrupcion y no podamos hacer nada mas que protestar como voces perdidas en el desierto.
Hija mía que alegría leer lo que escribes en tu blog y como lo haces. Ojalá muchos otros blogs fueran como éste. Hablar las cosas como son y no andarse con medias tintas. Tu blog me hace vivir el hoy y el ahora, no el más allá místico al final del humito de la vara de incienso.
Con respecto a lo que es justo o no, tu más que nadie debes saber que lo justo solo existe en la biblia, fuera de ahí la vida asume toda su dureza y realidad. Todo el que se puede salir con la suya lo hará no importa como ni cuando. En varios blogs he comentado acerca de que el fin justifica todos los medios. Y si no lo hacía ése chofer, lo iba a hacer otro chofer menos que él que te toco a ti. Es una pena pero así es la isla de las maravillas.
Un saludo.
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